LA NOVELA

BUEN CAMINO nació de la necesidad de compartir con otras personas las experiencias que Josepe García fue viviendo en la mágica ruta.

En 2007 Josepe acabó en el Camino, pues llevaba tiempo en ello, aunque no tenía claro para qué iba. Era una llamada interior, que por fin fue atendida. Y estuvo ocho días desde Cebreiro a Santiago que se convirtieron en una experiencia catártica para él. Pudo tomar distancia, tener tiempo para uno mismo, volver a recuperar valores como la confianza en otros, la claridad, el desapego, la generosidad, el autoconocimiento…. Y conoció a gente maravillosa.

Vio que el Camino era el mundo al revés: jamás se preguntaba a nadie su profesión, porque eso no importaba. Solo importaba como persona. Y cuanto menos tenías, más contento y ligero estabas: y la gente era buena por defecto….

A raíz de aquello, lo convirtió en un hábito (este año ha sido su sexta vez en el camino), en lo que denominó “su ITV personal”. En su tercera vuelta al camino empezó a tomar conciencia que todos esos aprendizajes había que compartirlos, y la manera más útil para ello era un libro.

Después de una pequeña investigación y para su asombro, descubrió que no existía en literatura en castellano un libro que narrara en clave de relato las experiencias de una persona normal y cómo evoluciona a mejor peregrinando; en cambio, en EEUU, Alemania, Francia, sí existían este tipo de novelas que habían cosechado un éxito extraordinario, por lo que se decidió a llenar este hueco.

Así que sumando los aprendizajes autobiográficos, los testimonios y experiencias de otros peregrinos y algo de imaginación, dio forma la novela “Buen Camino”. Ya había publicado un libro en el 2008, “PNL para líderes”, que era un ensayo, más otras colaboraciones en libros corales, pero no había escrito nunca narrativa en formato más serio, así que esta aventura se convirtió en todo un reto.

Durante tres años, se dedicó cuando pudo a escribir. Hizo retiros en Peguerinos (Ávila) en una casa de campo maravillosa ideal para estos menesteres, propiedad de su compañero y amigo Miguel Ángel Romero. También estuvo escribiendo en Oropesa del Mar, en Alcocéber en Castellón y otros entornos que le sirvieran de inspiración y sobre todo le todo le facilitaran el concentrarse y centrarse.

Lo más curioso que vivió en la redacción del libro es que una vez trazada la estructura básica del libro, los capítulos y los personajes y el para qué final, el hecho de escribir le fue más fácil de lo esperado, ya que en muchos casos casi parecía que se alguien o algo se lo dictara. Las palabras fluían imparables, dando forma a todas esas experiencias.

Finalmente, pudo obtener el apoyo de una gran Editorial como es “Plataforma Editorial” y hoy “BUEN CAMINO” es ya una realidad.